Me asalta el tedio

Tengo entre dos y doce lectores, es decir entre poco y casi nada. No me inquieta y no me desazona. Tampoco esperaba mucho más y el objeto del blog era -y sigue siendo- mante­ner un poco la mente ocupada: hacer trabajar al cerebro y que las neuronas patinen lo menos posible.

Esto me permite -aunque tuviera muchos también- escribir y opinar de lo que me ven­ga en gana y no estar pendiente de si alguien lo va a cuestionar por inexacto o descarrilado, si alguien discrepará del contenido o de la forma o si alguien, al último, pueda pensar que soy vehemente, ignorante, arbitrario o sesgado.

A estas alturas no siento gran preocupación por aparentar lo que no soy ni acreditar unos conocimientos homologables con el oficial saber.

Mis juicios son consecuencia de mis análisis, de mis estudios o de mis lecturas. Puede que estén atinados o puede que no, pero lo que es eviden­te es que responden a mis criterios y a las impre­siones que recibo, de ahí que me atreva a exponerlos y a asumir lo que diga.

No tengo que pedir disculpas ni tengo que pedir perdón, pues no veo razón alguna para no ser tan atrevido y osado como la caterva de escritorzuelos (no es el caso de Andrés Trapiello), o columnistas que pontifican y expresan desde sus púlpitos verdades, para ellos, incontestables.

Ya tuve ocasión de escribir que la poesía no es mi debilidad y a pesar de la cantidad de eruditos a la violeta que deambulan por los libros y las revistas, no consigo -y me esfuerzo- encontrar el busilis al asunto. No es un tema absoluto, no, pero es verdad que encuentro pocos autores, pocos poetas, que me digan algo. ¿Una cuestión de sen­sibilidad? No creo. También he manifestado hasta el tedio que veo mucha poesía en mucha prosa.

Andrés Trapiello es un deudo enamorado de Juan Ramón Jiménez y en sus Salón de pasos perdidos lo cita -más o menos- cada 30 ó 40 páginas y siempre con respeto, con admiración y, cierto, con un conocimiento exhaustivo del personaje y su obra. Me parece muy bien: él siente veneración por Galdós y J.R.J. y yo por Baroja y, de entre los poetas, quizá Machado.

Unas veces pone su nombre completo, otras J.R.J. y otras Juan Ramón. Esto último se lo agradecerá la Espert que así se refería al poeta porque si tomó sopas con Federico (por García Lorca), debió desayunar con Juan Ramón (por Jiménez). 

Puede uno dejarse aconsejar por los que saben de verdad, pero no por los que confeccionan listas de lo que hay que leer movidos por espurios intereses de sus medios o de sus editoriales.

Es tal la insistencia de Andrés Trapiello con Juan Ramón Jiménez. que, borrego disciplinado uno, compré en Urue­ña -creo que ya lo había contado- una antología poética suya. Contiene 335 poemas y su lectura -con faltas de ortografía (la jota permanen­te, la ausencia de x) que no veo por qué se le han de perdonar a él y no a un chaval que se examina de la EBAU- más que frío me deja atónito ante tal vulgaridad de frases mostren­cas, enrevesadas, hueras y disparatadas. Frases sin sentido ni gracia y las más de las veces sin nada o poco que ver con el texto o con el desarrollo del poema. A buen seguro el equivocado soy, porque él tuvo el Nobel y eso debe ser el no va más (algunas decenas de Nobeles hay de los que no se lee ni la portada de sus libros) y Andrés Trapiello de forma deleitosa lo cita, lo vive, lo ensueña y lo justifica ad infinitum.

Como de una buena parte de mis lecturas actuales tiene la culpa Andrés Trapiello y en algún diario y en un artícu­lo recogido en Mar sin orilla nos habla de Reca­nati y de Leopardi, me fui a buscar alguna obra suya para ver si, al fin, entraba algo de poesía en mi enmohecida mollera. El librito se llama Cantos y comprende 41 poemas y unos anexos explicati­vos además de algunas prosas del autor, magníficas, destacando sobre ellas  una dedicatoria a sus amigos de Toscana.

La poesía, de redacción o traducción algo culterana, me ha parecido fresca, apasionada, romántica y doliente a veces. Un agradable descubrimiento y supongo que como casi todo el mundo, impresionado por El infinito y, por añadir algo personal, estos versos:

Dime, ¿por qué yaciendo 
ocioso y sin cuidado
todo animal descansa,
y a mí me asalta el tedio si reposo?
Y estos otros:
Feliz casi
si descansar te dejan
de algún dolor; dichosa
si la muerte te cura de ellos todos.

Si, ya sé que es un juicio terminante para tan poca lectura pero, ¿qué quieren?, uno siempre ha sido lanzado y contundente en la opinión. 

Es la mía y a ella me atengo.

El Perellonet, 4 de Junio de 2022

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6 comentarios

  1. Muy bien Pedro por tu gran cultura y forma de escribir. Y que disfrutes/eis en El Perellonet.

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  2. Vamos a ver, leer poesía no se si has leído mucha. Por lo que comentas, muy poca y entre bostezos, pero escuchar, lo que se dice escuchar estrofas, seguro que has escuchado y también cantado. Aquí te mando una relación no exhaustiva de los poetas musicados por tu admirado Paco Ibañez:
    – Miguel Hernandez
    – Rafael Alberti
    – Federico Garcia Lorca
    – Leon Felipe
    – Luis de Góngora
    – José Agustín Goytisolo
    – Francisco de Quevedo
    – Gabriel Celaya
    – Juan Ruiz Arcipestre de Hita
    – Blas de Otero
    – José Esporonceda
    – Tomá de Iriarte
    – Jorge Manrique
    – Felix María de Samaniego
    – SanJuan de la Cruz
    – Antonio Machado
    – Alfonsina Storni
    – Pablo Neruda
    – Rubén Dario
    – Celso Emilio Ferreiro
    – Antonio Garcia Tijeiro
    – José Ángel Valente
    – Manuel Altolaguirre
    – Pedro Salinas
    – Emilio Prados
    – Nicolas Guillén
    – Jaime Gil de Biedma
    – Luis Cernuda
    – Gloria Fuertes
    – Pierre de Ronsard
    – Gustavo Adolfo Bequer, y
    – Anónimo

    No te vayas a creer, me los sabía de memoria. Y si quieres te puedo incluir en otra entrada el nombre de las canciones, de memoria tambiėn.
    Por cierto que bestia el Paco Ibañez.
    Un abrazo

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    1. Siempre atinado, siempre contundente y casi siempre -Barça aparte- coincidente.
      Si recuerdas, ya me explayé sobre Paco Ibañez reconociendo implícitamente que mi poco acercamiento a la poesía se lo debía a él.
      En la lista no aparece Juan Ramon Jimenez.
      Si aparece el infame Alberti y a pesar de él me gusta como lo canta “el bestia” de Paco Ibañez.
      Un fuerte abrazo, atento amigo.

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    2. Qué grande, amigo Paco!
      Sé que sufres lo que escribo y ya hemos comentado lo de la lectura.
      Me emociona que acabes tu comentario con Machado -ante quien fuí a humillarme en Colliure para pedirle perdón en nombre de España (qué vergüenza no repatriarlo!)- porque es, de todos, el poeta que más me dice, incluido el soneto sobre Baroja.
      Un fuerte abrazo.

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  3. De acuerdo con lo expuesto en la introduccion de tu articulo,lo de blog que quieres que te diga me suena a algo relacionado con la obra civil,debo ser,presuntamente ,el 50% de tus lectores y con la autoridad que ello me da te digo que me gustan tus analisis literarios y que te animo a que perseveres en ello.Admiro tu amor por la literatura y tu aficion por la lectura,mas que nada lo envidio.Asi es que persevera,que no estas solo.Y recuerda aquello de “ Y al cabo nada os debo;debéisme cuanto he escrito.A mi trabajo acudo,con mi dinero pago el traje que me cubre y la mansión que habito,el pan que me alimenta y el lecho en donde yago”.Un abrazo

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