Vic, Vic

Vic, Vic.

Bic, bic, bic.

Siguiendo nuestra costumbre de visitar Paradores Nacionales, como si no hubiera otra cosa que hacer, hemos vuelto 30 años después al Parador Nacional de Vic-Sau.

Casi lo primero que te encuentras al lle­gar al aparcamiento es un monumento de una señora, cual vestal, que alza sus brazos al aire mostrando a un recién nacido que, todo apunta, es el Estatut de Catalunya. En el poyete se ve la fecha y la aclaración «Estatut. 1978». Hay una bandera catalana y otra de colorines verdes blancos y amarillos que desconocemos a quién representa. ¿Vic?

En febrero de 1978 se reunieron en el Parador de Gredos (el primero de la serie, 1928) los Ponentes de la Constitución española y ahí conservan algunas fotografías de la circunstan­cia en el salón llamado «de los ponentes». Supongo -lo supone uno solo- que los veinte parlamentarios catalanes que discernían sobre el Estatut, debieron pensar que si «en Madrid los diputados constituyentes se reunieron en un Parador Nacional, ¿por qué nosotros no?” La cuestión, bastante chusca, es que se reunieron en territorio hostil, en un Parador Nacional y no en un Más de Pala­frugell, por hacerle una gracia al denosta­do Josep Plá, del que vergonzantemente algunos siguen bebiendo e ilustrándose. Pero, claro, si unos sí, ¿por qué otros no?

Después se debieron arrepentir y disimularon llamando al Estatut, el Estatut de Sau porque es más que probable que no se vincule al Parador donde, por cierto hay un salón dedicado al Estatut y una placa conmemorativa. ¡Mare de Deu!

En Vic, ciudad preciosa y monumental, bien cuidada como casi todas las de Cata­luña, hemos hecho un tour personal empezando por la Catedral. Es fea hasta abu­rrir. Menos mal que conserva la torre cam­panario románica lombarda y una cripta pre­ciosa. Las pinturas murales de José María Sert, por más fama que le den, no hacen sino aumentar el aire fúnebre y tenebroso del templo. Al entrar se encuentra uno con un mensaje ecuménico de su obispo: «Seas quien seas y vengas de donde vengas, sé bienvenido a la Iglesia Catedral Basílica de San Pedro de Vic”. Todo en catalán, claro… Está bien eso de «seas quien seas y vengas de donde vengas”… aunque no me entiendas. ¿Qué más da, si nosotros somos los superiores, los de “la soca”?

Antes de comenzar la Santa Misa de 11,30 se nos ha acercado una venerable anciana para entregarnos la guía de la misa domini­cal y nos ha dicho si podíamos/queríamos hacer alguna lectura. Le he dicho en correc­to catalán que, como valenciano, mi pronun­ciación ante la asamblea podía ser no del todo correcta, pero que lo que quisiera. La pobre mujer se ha retirado amable­mente diciendo (textual): «si no convé, no convé » (si no conviene, no conviene). Al final ha tenido que leer ella las dos lecturas. No había nadie más dispuesto, al parecer.

En las placas que dan nombre a las calles han colocado, con una disciplina enco­miable una pegatina que reza: “repú­blica catalana» y la plaza mayor está magníficamente adornada, en varios edificios, con los retratos de los delincuen­tes secesionistas huidos en el extranjero. Está bien que nos recuerden quienes son, por si los perdemos de vista y aparecen indultados cualquier día. Al tiempo.

Ya me he cansado de decir, de proclamar, que Cataluña es espléndida, preciosa y envidiable pero, -de ahí lo del Bic, bic, bic, (¿recuerdan el anuncio?)-, es una perra y una matraca constante lo de sus agravios y su maltrato. ¿Maltrato? ¡Las Hurdes!

Lo penúltimo es un cartel visto aquí que dice: «Per un Pirineu viu, aturem els jocs olímpics” (¿traduzco?) ¿Morirán los Pirineos si se esquía, se salta o se patina un poco más? ¿Esto es porque sí o porque Aragón quiere su parte de protagonismo? Hoy mismo en una manifestación anti-juegos olímpicos en Puigcerdà, una convocante -según leo- ha argumentado la negativa en que “la españolización será muy evidente”. Ahora lo entiendo.

Y dice Andres Trapiello: ”como los separatistas catalanes y vascos, que reclamando el referéndum de autodeterminación quieren, tanto como ganarlo, que se reconozca su derecho exclusivo a algo que era de todos, la calleja España: y una vez reconocido ese derecho, un referendo detrás de otro hasta ganar en uno, y después ningún referendo más”.

En fin, bic, bic, bic, bic, bic, matraca irredenta.

Vic, 15 de mayo de 2022.

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