La de arena. Jueves Santo

Hace casi dos años escribí en estas páginas una entrada que titulé «De homilías«. Era la de cal. Contaba uno que habia asistido a una misa, acompañado de un nieto de 11 años, en la ermita de Nuestra Señora del Recatí y que el sacerdote nos habia obsequiado con una homilía fantástica, clara, concreta, contunden­te y sobre todo con una enorme virtud: mi nieto la habia seguido con gusto y la habia entendi­do y asi me lo manifestó al acabar la ceremo­nia. Nos acercamos a la Sacristía y se lo hicimos saber al sacerdote, joven, facundo y de Moncada.

En la ciudad de S venimos asistiendo a los actos de la Semana Santa desde hace más de 50 años. A lo largo de estos, las dos Cofradías -luego se incorporó una tercera- fuimos atendidos, nosotros en la parroquia por el titular, y otros por sus priores. En nuestro caso, Don Gonzalo, Don Félix y Don Federico sucesivamente. En la parroquia se celebraban los distintos actos de Jueves -Oficios-, Viernes -el Pasio-, Sábado -Vía Crucis y toma de posesion del nuevo Clavario para el ejercicio siguiente-, las Siete Palabras, turnos de Vela, Hora Santa, etc.

Aquellos actos en la Parroquia congregaban a los fieles vecinos de la zona y a los Cofrades vinculados: abuelos, hijos y nietos que humildemente y en armonía disfrutaban de «su» Semana Santa.

Las Oficios eran siempre a primera hora de la tarde porque los sacerdotes debian acudir a la Catedral para acompañar al Sr. Obispo en los propios de ella.

Hace unos años decidió el Sr. Obispo la suspensión de los oficios en las distintas parroquias e Iglesias (se celebraban hasta en tres o cuatro) y que todo se concentrara en un solo oficio en la Catedral.

Se le intentó convencer por muchos medios y emisarios y no hubo forma humana. La razón invocada, al parecer, es, era, que el pueblo debe estar con su pastor. Seguramente mantener el culto en las distintas iglesias no era estar el pueblo con su pastor habitual. Una de las peores consecuencias, entre otras, es que mucha gente al no tener Oficios en su parroquia dejó de acudir porque no tenían el hábito de ir a la Catedral. Otra, más perversa, fue la pérdida de una bellísima costumbre cual era la de visitar en Cofradía los Monumentos con el Santisimo de las demás iglesias, presentando sus respetos a los miembros de otra Cofradía.

No hay oficios, no hay monumen­to, no hay visitas conjuntas, no hay turnos de vela. 

Un gran paso atrás y contra toda tra­dición y todo sin el más mínimo cambio de impresio­nes ni diálogo que pudiera acercar soluciones más convenientes para todos.

Los Oficios del Jueves Santo por su duración y plúmbea secuencia se convierten en un pequeño martirio no teniendo en cuenta la presencia de familias completas, es decir, con niños que a duras penas pueden entender qué les está pasando y, salvo esos niños, la parte mas joven está en el entorno de los 35/40 años y ví, este jueves, salir de la Catedral a mucha gente entre descontenta y despavorida.

La Iglesia Católica está perdiendo clientela a pasos agigantados y muestra poca cintura para entender cuál es la situación actual de poca «afición» a las cosas del culto, y los excesos del Jueves reper­cuten en el abstencionismo del Viernes y eso no se arregla con Decretos, Ucases ni órdenes conmi­natorias como esta de la que estamos hablando o, por citar una de un pasado reciente, el Decreto ordenando -amenazando mas bien- que si por las buenas no aceptábamos la presencia procesional de mujeres en nuestra Cofradía, lo ordenaría mediante Decreto, cambiándonos los Estatutos. Mira tú por dónde y sin ánimo de polemi­zar ni plantear revanchismos fuera de lugar, una recien­te sentencia del Tribunal Supremo (Sala de lo civil, núm. 925/2021 de 23/12/2021) avala que una Cofradía se pueda negar a aceptar mujeres en su seno. Nadie -ni nosotros- negó jamás el derecho de las mujeres a participar de pleno en la Semana Santa. Lo que, al menos uno, decíamos es que ese derecho no tiene por qué plasmarse en mi, nuestra, Cofradía que tenía los Estatutos que tenía. Podian muy bien haber creado -como hicieron otros/as- su propia Cofradía.

Pero en fin, ¡haya paz! Y esperemos que el Espíritu Santo ilumine a quien ha de tomar decisiones para que éstas sean lo más sensatas y acordes con las necesidades del pueblo llano de Dios. ¿Una reconsideración o rectificación, quizá? ¿Es capaz la Jerarquía de reconocer un error que está haciendo daño?

Por no faltar a la verdad, cosa esta siempre necesaria, ha habido un par de evoluciones convenientes, a saber: una, la incorporacion del Vía Crucis, que organizaba la Parroquia de Santa María con escasísima asistencia, al programa de nuestra cofradía y hoy organizado por el Cabildo Catedral y con apoyo y presencia de las tres Cofradías y, otra, las novedades consensuadas e introducidas en la Procesión de la mañanica de Pascua hoy convertida en verdadera Procesión del Encuentro. Ambas, acordadas. ¿Es tan difícil?

S, 16 de abril de 2022. Sábado Santo.